martes, 27 de septiembre de 2016
lunes, 26 de septiembre de 2016
POEMAS DE LA NUEVA TIERRA, selección de Fedra Isadora Rodarte Hirales
FEDRA ISADORA RODARTE HIRALES.
Nació en la ciudad
de La Paz, B.C.S., el 25 de mayo de 1973. Es hija de Sixto Rodarte y Alma Delia
Hirales, ambos sudcalifornianos, artistas y promotores de la cultura. Desde
pequeña incursionó en el teatro a nivel local con el grupo “La Palomilla”
dirigido por el profesor Alejandro Moreno. Hizo teatro también en la
preparatoria, con el grupo “Gesto” que dirigía el profesor Raúl Conde, pero fue
con “La Palomilla” con el grupo con el que realizó giras por distintas
localidades del estado y del país. Durante un tiempo hizo teatro de títeres con
el grupo “Cartón y Plastilina” donde también visitó muchos lugares de la
geografía peninsular.
Durante la
preparatoria que cursó en el CCH Morelos tuvo la oportunidad de acercarse a la
literatura gracias a sus maestros Héctor Domínguez y Maricela Vacas Kanchis,
esta última la convenció de que podía escribir y empezó a hacerlo. Junto a su
amigo Daniel Gutiérrez quien era también estudiante participó en la revista
“Bardo” y algunas publicaciones también en la revista “Pido la Palabra” de la
mencionada institución. Años después, incursionó en el Taller de poesía que
dirigió la maestra Martha Piña Zentella en la UABCS en el año de 1992-1993 y en
1995 realiza su primera publicación en el poemario “Rumor como de brisa” que
fue la compilación de los textos de los alumnos participantes en este taller,
donde compartió con otros escritores y escritoras sudcalifornianos.
En 1999 decide por
primera vez entrar a un concurso de poesía,
y participa en los Juegos
Florales del Carnaval La Paz 1999 en febrero con el poemario “Caracol de
versos” con el que gana el primer lugar. En el mismo año, participa en los
Juegos Florales Margarito Sandez Villarino de San José del Cabo con el poemario
“Cantos de Eva” con el que gana también el primer lugar.
No es sino hasta
que ingresa a la UABCS que decide participar nuevamente, ahora en el premio de
Poesía de la UABCS en su emisión 2003, donde gana también el primer lugar con
el poemario “Cuaderno de las aproximaciones”. En el año 2007, gana nuevamente
los Juegos Florales del Carnaval La Paz 2007 con el poemario “Un silencio
habitado”.
Se ha desempeñado también
en el teatro a nivel local con el grupo que dirige actualmente en preparatoria
Juan Pablo II y ha participado también con otros grupos locales haciendo teatro
bar, títeres y hace algunos años con la lectura de poesía. Actualmente continúa
escribiendo y participa también con otras escritoras locales en un esfuerzo de
colectivo poético de mujeres, con el que ha publicado “Delirium” una
compilación de tres poemarios, tres visiones de autoras distintas para un mismo
personaje.
El año pasado
participó junto a la actriz Calafia Piña y su grupo Escénica Colectiva, en la
dramaturgia y actuación del tríptico “De tripas terciopelo” con la obra
“Fugitivas” misma que ganó el Encuentro Estatal de teatro de 2015 y que
representó al estado de Baja California Sur en la Muestra Regional de Teatro
del noroeste en la ciudad de Culiacán, Sinaloa.
A la fecha continúa
trabajando con esa agrupación teatral y también trabajó en la dramaturgia y
actuación de la segunda obra de la trilogía titulada “El Aparecido” junto a
Calafia Piña, David Talamantes y Mike Henaine.
Se desempeña como
maestra de teatro a nivel bachillerato y es coordinadora del área de Desarrollo
Cultural y Vinculación en la Comunidad Educativa Juan Pablo II.
Selección del poemario Afternoon
Delight
“Caja de cristal”
Mira, soy una caja de cristal
transparente sangre
vivo con esa espiga de vidrio entre mis
dientes
se llama amor
así de suave y así de filoso entre mis dientes
y me desgrana siempre
y me desangra siempre
por eso siempre lo estoy negando
y por lo mismo siempre va detrás de mí
reptando
como una serpiente ansiosa por invadirme
Se llama amor pero cada vez tiene un nombre diferente
pero casi siempre son dos brazos masculinos
los que lo representan
casi siempre
son
pero ahora me abrazaron
rodearon mi cuerpo,
mi espalda con un abrazo que no tenía sexo ni
destino.
Eran dos brazos nada más de un hombre
reptó
sembró
camino muy adentro
pero igual mordí el filo
igual mordí el cristal el vidrio,
mis labios desangran
derrumbados.
“Dioses de la guerra despeñándose”.
El corazón del mar recorre la veta de la tierra
dentro
en el círculo perpetuo del sol
se desgranan las hojas
del primer alimento.
No puedo ser eterna
pues he nacido en ti
y en la condena de la vida.
En las espinas
amanecen las horas y renacen los trinos
el alto vuelo
la sombra de la noche se desgrana.
Llamo mi nombre, me
pronuncio
y me pronuncian todos los vuelos
brama el mar de mis adentros
y me pronuncian todos los vuelos
brama el mar de mis adentros
bruja del cuento
desatando
mi orilla
el mar de todos los mares.
“Delicia nocturnal”
Una miga de amor en
la mirada,
una miga en el beso
que te dice buenas noches.
Acaricio tu espalda,
veo tu antebrazo,
amo tu antebrazo, la
forma en que lo cubre el suave tono de tu piel,
amo tu cabello, la
piel, la madera de tus manos,
amo lo que no sé qué
eres pero amo.
Y luego caigo por ahí
por todo lo que
construyes una noche antes y al día siguiente
dejas caer sin
preocuparte.
Selección del poemario De
todo lo que se duerme cuando dejo de soñarte
Cartográfica.
La arquitectura de mis sueños
se resquebraja en el ojo de la salamandra
un breve rombo amarillo fulgor de la serpiente
en los trinos del ave
la nostalgia se pasea en el columpio de la
infancia.
La enredadera semeja soles
afuera, medias lunas de naranjitas agrias
redondas musas los mangos
alegría repartida en los gajos de mandarina
que inundan la boca de la niña
que exprime el jugo en la tacita de plástico
color de rosa.
Se deja caer la ladera tierra
la palmera de las tardes de mi abuela
el medio tronco donde me sentaba
a entender quién era y lo que quería.
Alguna vez el árbol ardió en el mediodía.
El agua insuficiente aviva el fuego
de la inocente mano del infante
la llamarada prende y se asemeja
a la libertad
la libertad del fuego cautivo
que arde cauteloso en su hoguera.
Selección del poemario Poemas
de la Nueva Tierra
Una mujer al centro de la
nueva tierra encuentra equilibrio en todo lo que la sostiene: en su herencia
familiar, en sus amores viejos y en los nuevos, en la sangre repartida en sus
hijos
A veces estoy
suspendida
desde la punta de mis
dedos
las manos como un árbol
de raíz profunda
que sólo busca
enredarse en tus manos.
Tu eres el más fuerte
de todos mis latidos,
antes de ti yo era
solo aire,
una mujer errante que
no encontraba tierra
ahora en tu cuerpo
reconozco mi origen
descubro un nuevo
camino
me alimento de todas
las cosas bellas
que me dices y
escribes
y pareciera que tus
letras no tienen fin
como tampoco tiene
fin el gozo de mis labios,
cuando te beso.
lunes, 12 de septiembre de 2016
Lotería. Minificciones de Modesto Peralta
Modesto Peralta Delgado
(Ciudad Constitución, 1978)
Licenciado en
Ciencias de la Comunicación y periodista, quien actualmente imparte clases en
la Preparatoria Morelos. Obtuvo el Premio de Cuento Joven de Baja California
Sur 2003 y de Cuento de Terror del municipio de La Paz 2005; en 2013 recibió el
Premio Estatal de Cuento Ciudad de La Paz con “Prólogos a la Muerte”, y en 2015
el de Dramaturgia con la obra de teatro “Caperucita Roja, Muy Roja”.
FUERA DE JUEGO
En
este lado de la carta, El Catrín. Sentado de espaldas a nosotros, de bruces
sobre el respaldo de la silla, descalzo; una mano sostiene una copa de champán,
la otra, en lo alto, un cigarrillo. Al reverso, un beso pintado con bilé, y un
recado: Querido Dandy, la pasé bien
contigo, ¡pero eres tan soberbio y anticuado!, todo habría salido mejor de no
haber centrado toda tu atención en mi manzana de Adán. Esperaré tu decisión.
Cariños. La
Dama.
CARTA CARGADA
Gravemente
herido llevaron al chico al hospital. Se dice que salió la carta con la que
ganaba, y —eufórico— aplastó fuerte con un frijolito el gatillo del fusil de El
Soldado. La policía ya acordonó la mesa de juego.
DESTINO
“Voy
a cambiar, ¡lo juro! Entiendo que la sociedad necesita bufones para ponernos en
contraste con los triunfadores; explicar las consecuencias humanas funestas; ser
el ejemplo para los mal portados; o ser el pretexto para que almas sedientas de
lavar sus pecados, nos salven. ¡Pero ya estuvo bueno!…” Esto pensaba El
Borracho, cada vez que estaba dentro del mazo de las cartas, hasta que una mano
lo tiraba en la mesa, y el hombre volvía a quedar atado a la botella por el
resto del juego de la vida.
Hombre
se aferra a encontrar la inocencia en el fin del mundo
La Paz, México.
Septiembre de niños muertos del 2015. Aparece Alan Kurdi muerto en la orilla de una
playa. Muy lejos: en Turquía. Me conmuevo con todo el mundo. Esa noche también,
pero cerca de mí: en La Paz, sicarios matan a quemarropa a un hombre, una mujer
y dos niños. Me alarmo, me fastidio, me confundo. No entiendo. No puedo
administrar los sentimientos, aunque cualquiera conduciría a la tristeza. Una
tristeza avergonzada por la civilización, culpable por vivir sin memoria,
blanda por el abandono de Dios.
Intentaba
escribir una crónica, pero fue inútil. Una poesía: tampoco. Siento que
cualquier metáfora sería una blasfemia para este dolor que no entiende de
imágenes bellas, que se explica mejor con lugares comunes: hablar de “un
corazón herido”, “la rabia amarga”, “la pérdida de la fe en la humanidad”. O es
la simple incapacidad, porque no soy un poeta: soy un ciudadano que cruza la línea
del fin de este mundo.
Me he detenido
a contemplar lo que resta del horizonte. Acá quedó la nostalgia, más lejos que
Turquía; allá la desesperación, falta de entendimiento devorándose su propia
cola; cerca de esta línea el humor negro juzga que esta tristeza es el ‘pose’
de alguien que quiere ser interesante, y juzga todo siempre y mal; y por otro
flanco la total indiferencia se ha inyectado en el cuerpo de hombres y mujeres
que ya no tienen alma, sólo tienen deberes y cosas qué comprar.
Yo hace
un mes adopté una gatita de la calle. Es hermosa y tierna y ni siquiera sabe
cómo se llama. Sé que no tiene nada que ver con el fin del mundo, en
apariencia, pero es que sólo en sus grandes ojos azules encuentro la inocencia;
y cuando juego con ella y me araña, descubro con asombro el sentido de
justicia: p-u-l-c-r-a-m-e-n-t-e salvaje. Sé que suena sin sentido, insisto,
pero ocupo una brizna de fe, y por eso camino con ella en los brazos.
Tomo
esta criatura para avanzar junto con la humanidad a lo que quede del día. Debo
parecer un necio o un loco, pero este animal es por ahora lo único que me
orienta en el camino que se cierra rojo este septiembre.
Quirófano y otros poemas de Jorge Arce Galvez
Jorge Arce Gálvez
(Cd.
Constitución, B.C.S., 1974)
INGENIERO
INDUSTRIAL POR EL INSTITUTO TECNOLOGICO DE LA PAZ, ACTUALMENTE CURSANDO
MAESTRIA EN GESTION INTEGRADA EN LA UNIVERSIDAD INTERNACIOANL PANAMERICANA.
LECTOR APASIONADO (SOBRE TODO DE LA PROSA DE ELMER MENDOZA Y LA NOVELA
HISTORICA DE ARTURO PEREZ REVERTE), ESCRITOR CON TENDENCIA A LA POESÍA Y LA MINI FICCIÓN, MIEMBRO ACTIVO
DEL TALLER DE LA SERPIENTE. ACTUALMENTE ESTÁ EN PREPARACIÓN SU PRIMER LIBRO DE
POEMAS.
Multilateralismo
I
Mezcla de gritos en las plazas,
banderas, campanas y fuegos multicolores.
El patrioterismo hace su agosto.
La memoria sostenible nos condena
a repetir un futuro sin consuelo,
porque somos incapaces de marginar
el pasado espurio y nos estancamos
en el presente lleno de delirios.
II
Pléyade de falsos héroes
invaden los textos oficiales,
vitoreamos batallas gloriosas
que nos liberaron del yugo virreinal,
pero seguimos emancipados
al caudillo populista, a la sotana disoluta
o al poderoso caballero.
La sombra del extraño enemigo
con el que compartimos
esto que llamamos Patria.
III
Me envuelvo en el lábaro tricolor,
doy la espalda al balcón
mientras retumban
los “vivas”.
Al final, solo espero que la indignación
no sea arrollada por la indiferencia.
Canícula
Alineas
tu eje con vehemencia
para
absorber el brote de vida,
se
propagan longitudes cósmicas
que
dan paso a la plenitud.
Por
la línea media,
la
atmósfera es derrotada,
para
calcinar tu espectro,
ya
de por sí vacío.
Refulgencia
avasalladora que sofoca
mientras
lentamente,
horada
el cauce que me conduce
a
este día de perros.
EUTANASIA
Mi fe murió de inanición,
a pesar de la abundancia de
rezos,
cera y pabilo.
Me queda solo la esperanza,
pero no secomo alimentarla.
Tú ya no sufres, eres casi
otro mueble
del horrible hospital.
Un cuerpo que da vida a esa
consola
llena de luces y alarmas.
Sufre tu madre.
Quizá por que no podrá verte
de blanco rumbo al altar.
Tu padre en cambio casi
goza,
no tendrá que cuidar futuros
nietos.
Si yo te dijera cuanto
sufro,
nunca acabaría este poema.
Hoy le pregunté al doctor,
de nuevo
portí, esperanza.
Me dice que mañana son tus
exequias.
LUCIDEZ
Juguemos a atrapar
unicornios
para colgarlos del
retrovisor del auto,
a escondernos de los duendes
que mi madre tiene en el
jardín.
Juguemos a ser soldados sin
fusiles
y sin banderas blancas,
a viajar en naves espaciales
que vayan a ninguna parte.
Soñemos que fuimos alcohol
que se diluyó entre las
manos
y brindemos con la luz solar
que se filtra por la ventana
de mi habitación sucia y
acolchada.
Juguemos Madre, que vienes
por mí
y me rescatas de esos seres
de bata blanca.
Quirófano
Un frío acero abrió brecha
incisivo, preciso.
Mis ojos guiaban aquella
afilada hoja,
porque mis manos
sudorosas y trémulas jamás
podrían.
Así fuiste surgiendo, poco a
poco,
de entre aquel mar
amniótico,
cubierta con túnica
seborrea.
tus ojos lastimados por el
haz luminoso
pero con el llanto agudo,
limpio
anunciaste tu arribo.
En ese momento empecé a
sentir algo:
mi corazón en verdad latía.
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