Joaquin Maldonado
Nacido en la CDMX, Programador de Computadoras, empleado de gobierno del Estado,
asiste al taller de la serpiente en UABCS desde el 23 de febrero
del 2017
Veinte
de abril
Veinte de abril. Hoy Carlos
y María cumplen ocho años de casados. Sería un gran día si tan solo María no
hubiera descubierto el ticket de SARA´s en el saco de él hace una semana, era
una compra importante, algo caro para alguna de las amantes que sin duda él
tenía en su oficina. Ella revisó el Facebook de Carlos, estaban las fotos de
una reunión en la empresa el viernes pasado, había una mujer rubia quien
sonreía en todas las fotos, de seguro a ella le había regalado algo, un
perfume, un reloj, quizá una pulsera.
Por la tarde empezó a beber.
Recordó que su esposo tenía una pistola en su buró, fue por ella, la tomó, se
sentó en la cama, lloró un poco y la guardó en su bolsa. Salió a la calle,
subió a su auto y fue a SARA´s. Preguntó por el ticket, lo sentimos, solo
podemos decirle que el cliente pidió que se enviara el paquete a domicilio, no
podemos darle más información. De regreso paso a un Oxxo, compró una botella de
vodka con mandarina, una bolsa de hielo y cargó saldo en su celular. Llegó a su
casa. Eran las tres y Carlos llegaría a las cinco. Se bañó, se arregló un poco
y se sirvió un vaso grande de vodka, vinieron a su mente las fotos de Facebook,
la sonrisa de la mujer rubia le parecía burlona, llena de rabia tomo la
pistola. Tocaron a la puerta.
Sonó un disparo y Carlos
cayó al suelo, traía el traje azul marino, la corbata y la camisa rosa que ella
le había regalado en su cumpleaños, se veía impecable a sus cuarenta y cinco
años sino fuera por la pequeña mancha de sangre que asomaba por su camisa. Sonó
el teléfono, María levanto la bocina sin hablar siquiera, eran de SARA´s,
querían entregar un paquete que días antes alguien de nombre Carlos había
comprado para regalo.
Los minutos y las horas
Uno
pierde los minutos y las horas
caminando
entre Esquerro y Abasolo
calle
abajo y hacia el malecón
entre
el calor y los puestos de chinos
miras
esa foto
relojes
de arena en los aparadores
los
vendedores ambulantes del viejo barrio
el
calor de la ciudad
las
calles con árboles de la india
las aceras
de mosaico bañadas de sombra
miras
de nuevo la foto
y
sonríes sin darte cuenta
es
una tarde espléndida
la
gente que camina y se aleja
que
sale de foco
entre
el calor y la sombra
Los gigantes
Al
caer la noche llegaron los gigantes
los
iluminaron cientos de mariposas blancas
todos
de pies desnudos
en
una mano sus zapatos en la otra una cruz
En
el fondo de una botella la luna reposaba
mientras
un artista con su lápiz inventaba la lluvia
los
gigantes brotaban entre libros y abanicos
estallaban
en cientos de pájaros y palabras
Entonces
llovió
y el
genio del mar aguardó en su silla
todos
de pies desnudos
en
una mano sus zapatos en la otra una cruz.
1 comentario:
Bravo Joaquín, hasta ahorita lo leí, disculpa, tienes talento :)
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