Indra Diana
Avilés Ceseña
Madre y
esposa. Lic. En intervención educativa. Actualmente es bibliotecaria en una
escuela secundaria y es mediadora de sala de lectura en Cafebrería Camelbook.
Formó parte del Taller de la Serpiente UABCS.
Inseguro
Una de las desventajas de ser
adulto es que ya sabes que no tienes siete vidas como un gato, tipo adolescente
que llega a creer que todo lo sabe y todo lo puede. En fin, es una ansiedad la
que me profesa cada que paso por una
avenida en donde los postes de luz están como la torre inclinada de Pisa.
En mi pensamiento está un
¡aceleraaaaa! presiona el pedal y cuando van otros delante de mí, sufro con
desesperación. Mi instinto animal dicta que los mate, estoy que me parte un
rayo. Es un problema severo: desde que subo al auto mi mente se proyecta a esa
ruta, tómalo con calma -me digo- pero he llegado hasta sudar un poco cuando me
acerco, lo siento en los dedos de las manos, presionó más de lo normal el
volante, charrasqueo los dientes, las manos en las piernas, luego en la sien,
las piernas, la sien. He enfermado varias veces del estómago, llegó directo al
baño del trabajo con ganas de vomitar y para completar el cuadro…
Voy con el único psiquiatra de la
ciudad así que tengo que aguantarme. El terapeuta maneja siempre un semblante
tranquilo, “todo bajo control” y se cree muy chingon, sólo porque tiene
confianza en sí mismo, es puro sigue rollo. En las sesiones terminó con el
mismo discurso -sueño despierto todo el tiempo sobre mi muerte trágica: ”Hombre muere de un golpe brutal al caerle un
poste de luz cuando iba conduciendo en dirección al trabajo” ¡Ay! Cómo
quisiera que la cabeza dejara descansar.
Dice -los momentos se trata de
vivirlos y que en realidad la muerte no está escrita, que tome las cosas de forma
tranquila. Debes permitirte ser una persona feliz, escucha música mientras
conduces o haz un recuento de los compromisos del día, fúgate en otras cosas
menos en la muerte, la mejor forma de modificar tu pensamiento es estar
consciente de lo que piensas e inmediatamente cámbialo por algo de tu
agrado-.
Al día siguiente, comienzo
aplicando las sugerencias, sintonizo la radio para escuchar a otros menos a mi
mente, inhalo, exhalo… Al pasar por la avenida doy cuenta que por fin están
reparando los postes de luz,-¡Genial! Ya estaré tranquilo -dije-.
MIENTRAS QUE EN LA RADIO: el día de ayer muere el único médico
especialista en psiquiatría de la ciudad, debido a un golpe brutal ocasionado
por un poste de luz que cayó cuando era
reparado por la avenida siempre viva.
Dualidad
Desde hace tiempo que la observaba,
varias veces siguió sus pasos, ilusionado creía que ella era el amor de su
vida, cansado de vivir como autómata decide dejar su otra relación para probar
con ella, su error fue creer que no la idealizaba.
Ella en cambio, no tenía nada que
perder porque ya lo había perdido todo, una resiliente que se mimetizaba dónde
podía con el deseo de conocer a la persona que tenía aquello que creía que le
faltaba: carisma, sentido del humor y la ligereza de cómo se pueden tomar las
cosas.
Es así, con el tiempo materializan
metas, sueñan, ríen y lloran, se compenetran a tal grado que uno de ellos poco
a poco va perdiendo su personalidad, por complacencia, por verlo feliz, por no
tener problemas.
Manipula con facilidad, prepondera
que es por el bien de ambos, tomados de la mano y con mucho afecto de por medio
cree que está en lo correcto. Absorbe, habla tanto, exige cariños, pide apoyo y
rechaza consejos.
Atiende, mima, escucha, asiente, va
y viene, simula simpatía, socializa, ayuda, incluso cuando nadie la ve. A veces
duda si su pensamiento es el que reanima su cuerpo porque se asombra de lo bien que produce la
farsa.
Pasan los años, con hijos de por
medio, no le queda más que fingir, mientras se guarda para sí la confesión:
comprende ahora que no nació para tener familia, ni esposo para toda la vida,
simplemente quería tenerse a sí misma.
I
Colmé
la figura con atroces estigmas
Cuán
sugerentes son
invitan a
transportar sin razón
golpes
bajos que proclaman dolor
No hay
manera de evitarse
no importa
si te equivocaste
sin duda te
enamoraste
No hay
perdón
tampoco
implores opción
mucho menos
redención
II
Colmé
la figura de atroces estigmas
No sabía
qué escribir así que ejecuté los actos más inverosímiles que pudieron pasar por
mi cabeza.
III
Colmé
la figura con atroces estigmas
Las
palabras
en horda
van y
vienen
para
debatirse
entre sí
Envenenado
sufre
hiere
un ser
incapaz de
vivir
No hay
momento alguno que no se relama
negro
crudo
funesto
como
escupitajo
al viento
sopesando
a los demás
no consigue
narrar
lo que
llama tempestad
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