CARMEN BENÍTEZ RAYGOZA
Nació un 18 de septiembre cerca de Mazatlán Sinaloa; pasó ahí su infancia hasta los 2 años de edad, posterior a ello en la población minera de Santa Rosalía, Baja California Sur.
Desde sus estudios de preparatoria ha residido en La Paz, B.C.S., hasta la fecha, con un paréntesis de cinco años en la Ciudad de México, para cursar sus estudios profesionales en la facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Ha laborado en diferentes niveles del sistema educativo en B.C.S. y También cursó la maestría en Ciencias de la Educación con Especialidad en Docencia en la Universidad de esta capital.
Actualmente se desempeña como Psicóloga del Centro de Desarrollo Infantil No. 1, Profr. Jesús Castro Agundez.
Tiene dos hijos. Participa activamente en actividades de interés social en la comunidad.
“Poetisa de mar, arena y espinas”
Ese nombre me surge del entorno en el que vivo y que al estimular mis sentidos provoca inspiraciones de los más contrastantes resultados al mezclarse con mis emociones, idea y recuerdos.
El mar, inmenso, profundo, de cambiantes colores y que tan presto amanece besando suavemente la playa, como en otras ocasiones golpea con furia las rocas de los acantilados.
La arena que forma playas y dunas tan bellas y fatigantes, santuarios de soledades del desierto sudcaliforniano que permite dar espacio a los más vitales sentimientos.
Y las espinas, que son las hojas de los cactus de mi desierto, que protegen adornando la firme corteza de las plantas que guardando en su interior el escaso líquido vital, mantienen la vida en las más adversas condiciones.
Por eso mi poesía tan variada y de tantos matices, la considero hecha de mar, de arena y espinas.
Atardecer en La Paz
Sublime atardecer de octubre
Caminar por el malecón de La Paz
Espléndido sentir el viento
Que al despeinar acaricia
Paisaje que admiramos sin prisa
En esta ciudad sin igual.
Sentir la brisa del mar esmeralda
Gotitas que refrescan el alma
Y motivan a recordar.
Inmersa en los pensamientos
Que atraigo a estos momentos
Anhelos que abrazan y calman
Alimentando la esperanza
De que la luna infinita
Motive vuestro recuerdo
Para volvernos a amar.
Silencio
Abráceme de nuevo vida mía
Despójeme de miedos, de la ropa
Que sus manos acaricien mi geografía
Y experimente placer en cada copla.
Disfrutar su palpitar aquí en mi pecho
Explorar con gran placer todo su cuerpo
Besar y acariciar con gran vehemencia
Sin permitir en absoluto la prudencia
Abráceme de nuevo vida mía
Y sienta mis deseos por sus besos
Los sueños de pasión aquí lo esperan
De un cuerpo que lo anhela en el silencio.
Los dos así queremos
Al mirarlo veo el ocaso
Y el adorarle me da fuerza
Que de sus labios tan solo
Una fuente chica emerja
Pero en los míos un arrollo
De amor y pasión generas.
Ambos forman caudaloso río
Cuando en los mares se adentran
Porque los dos así queremos
Y adoramos con firmeza
Y…si no con palabras
Las miradas lo demuestran
Porque el fuego que se oculta
Es de mayor viveza
Y el río detenido
El ímpetu lo acrecienta.
¡El amor…que no sienta!,
¡Que no ve…que no intenta!
Lo conocemos ¡Oh amante!
Sólo las almas nuestras,
Que hacen de esta larga espera
Fácil camino sea.
Amanecer en sus brazos
Lo recuerdo cada día, cada hora y cada instante
Da luz a mis pensamientos
Y emociones a mis sentimientos
La razón, en mí ya no importa
Si el corazón es quien la domina
Me fascina su mirada fijamente en la mía
Buscando quizá una respuesta a mi estado de melancolía.
Ha cambiado mi ser
La esencia de mi existir
En espera de amanecer en sus brazos
Por ello, ¡vale la pena vivir!
Este amor me da la fuerza
De seguir conquistando un sueño
Por tan solo besar su rostro
Y abrazarlo es lo que más anhelo.
Su imagen la llevo grabada
En un hermoso sentimiento
Sus fuertes brazos me acompañan
Y me abrazan aquí entre sueños.
Sus ojos con su bella mirada
Los adoro son eternos
Su pecho lo busco en las noches
Y colmo en el mis deseos.
Ha cambiado mi ser
La esencia de mi existir
En espera de amanecer en Sus brazos
Por ello. Realmente, ¡vale la pena vivir!
Nostalgia
Nostalgia de sentirlo cerca
De rozar sus brazos… de mirarlo
Y con la mirada besarlo
Acariciando su amado rostro
Besando una a una las marcas de tu piel.
Nostalgia de escuchar su melodiosa voz
De sentir que descubre en mí un bello amanecer
Sabiéndolo tan mío como la luz al sol.
Bullicioso rocío de caída de agua
Nostalgia y cobardía a la vez
Como ardiente espada
Que atraviesa mi esperanza
Dolor…
Porque Amar ¡Maldita sea!… ¡Como duele!
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